jueves, 24 de septiembre de 2015

Día 6 sin ti.

Alli estaba yo, en la oscuridad de mi cuarto, mirando el techo, sin saber que hacer con mi vida. En momentos como este, lo unico que me calmaba era un cigarrillo pero, se habían acabado. Decidí calmar mi angustia con chocolate, ya que era mi segunda droga. Fui hacia la cocina, pero me tropecé. No era algo lo que me impedia el paso, si no alguien. Eché la vista atras, y entre sombras lo ví. Me congele ante su imagen, y una gran parte de mi cuerpo quería correr hacia él y besarlo. El estudio estaba totalmente a oscuras, pero se podía ver perfectamente su pelo despeinado y su blanca sonrisa -¿que haces aqui?- le pregunté. -te echo de menos- contestó él. Se me cerró el estomago. El echo de volver a escuchar su voz, me hacía enloquecer. Me aparté de él, y le señalé la puerta. -vete de aqui-. Le dijé. Pero por alguna extraña razon no quería que se fuese, y no lo hizo. Se quedo de pie, durante unos minutos, mirandome. Y sin darme cuenta, estaba a escasos centrimetos de mi. No podía creer lo que estaba sucediendo. Lentamente se fue acercando, colocó ambas manos en mi cintura, y me atrajo a él. Practicamente no habia espacio entre nosotros. Podía sentir su aliento en mi boca. Me miró a lo ojos, yo a los suyos.
Y me desperté. Seguía sola, en mi cuarto, pero sin él. 

Día 5 sin ti.

"Te echo de menos, ven a mi apartamento" decía la nota. 
Que ironía. El chico que me había abandonado 5 días atras, me echaba de menos ahora. No dude ni un segundo, cogí la nota y la queme. Me paré durante unos segundos a ver como la llama prendía el pequeño papel. Me encontre a mi misma sentada durante casi media hora mirando un papel, quemado. No había vuelta atras, lo había hecho. Millones de preguntas rondaban mi cabeza, cogí el paquete de cigarrillos que escondía en la mesita de noche, y encendí el ultimo cigarrillo que quedaba. En el momento en el que el humo entro en contacto con mi organismo, me sentí mas relajada. Pero solo por unos segundos, el olor a papel quemado me recordaba lo que acababa de pasar. Y sobre todo, lo que quedaba por pasar.

domingo, 19 de abril de 2015

Día 4 sin ti.

Era una mañana fria, parecía como si el tiempo fuera, del pequeño estudio se asemejara a como me sentía realmente. Me había prometido a mi misma ordenar el desorden, tanto físico como mental. Eche un vistazo al estudio. A la derecha se encontraba la cocina, bueno, lo que quedaba de ella. Montones de envases de comida para llevar se amontonaban alrededor de la encimera. A la izquierda se encontraba el salón. Un sofá con una mesita a los pies, en ella había unas revistas que había comprado la noche anterior con la esperanza de despejarme, pero no dio resultado. Un paquete de cigarrillos asomó entre las revistas y decidí empezar por ahí. Me salí al balcón, el fino aire caló hasta los huesos. Me gustaba el invierno, mejor dicho, lo adoraba. Pero ahora que estaba sola, se veía como la mayor mierda jamas vista. Me terminé el cigarrillo, prácticamente tiritando del frio. No me quedaban mas excusas, tenia que limpiar. Empezé por la cocina, tiré todos lo envases de comida para llevar y limpié los pocos platos que había utilizado esta semana. Después pasé al salón, recogí las revistas y limpié los restos de cigarrillo.
Dos horas después me tiré en sofá orgullosa de mi misma. Cogí un cojín y me lo puse detrás. Al cogerlo un papel doblado cayó a mis pies. Era una nota. Y era suya.

viernes, 17 de abril de 2015

Día 3 sin ti.

10:15. Me preguntaba si algun dia me iba a olvidar de ti. No volver a ver tu figura cernida sobre mi cuerpo cada vez que cerraba los ojos. Seguía preparando dos cafes por la mañana, y pidiendo dos hamburgesas en el bar de la esquina que tanto te gustaba. Tu recuerdo dolió. El hecho de que te marcharas aquella mañana sin decir nada, me destruyó. Simplemente te fuistes, destrozastes todo, me destrozastes.

miércoles, 8 de abril de 2015

Día 2 sin ti.

3:00. Extrañaba tu presencia por las noches, tus brazos alrededor de mi cintura, tu aliento cálido en mi nuca, y tu besos cálidos. Cada celula de mi cuerpo extrañaba ser tocada por ti. Extrañaba tu peculiar olor a hierbabuena y tabaco. Tu manera de abrazarme por detras. Extrañaba tus besos con lengua, tus besos, tu lengua. Extrañaba nuestras interminables noches haciendo lo que algunos llamaban lujúria. Extrañaba tus besos en el cuello y la calidez que sentia mi parte mas femenina cada vez que lo hacias. Extrañaba todo de ti. Te extrañaba. Te extraño.

martes, 7 de abril de 2015

Día 1 sin ti.

7:30. La alarma había sonado como todos los dias, porque aunque tu ya no estuvieses, la vida continuaba. Era mi primera mañana sin ti a mi lado y los amaneceres se sentían distintos. Preparé dos cafes, uno para mí, y otro para tu recuerdo. Jugaba con la taza mientras contemplaba mi desorden, unas cuantas botellas de cerveza se amontonaban alrededor de la cama recordandome lo inevitable, estaba sola. Tu recuerdo vagaba por cada esquina del pequeño estudio, haciendo incapie en los lugares en los que nuestros cuerpos habian disfrutado el uno del otro escasas noches atras.